Queremos ver el Reino de Dios llenar nuestra sociedad. Queremos ver la transformación de personas y comunidades conforme al llamado de Jesús. Sabemos que cada uno de los hijos de Dios es la misma imagen de Jesús en la tierra para el mundo y debemos continuar lo que Jesús empezó en su paso terrenal. Por eso creemos en la transformación en todos los sentidos de nuestra vida por la obra del Espíritu Santo y la mejor forma es a través de los pequeños grupos de vida donde con aceptación y vulnerabilidad dejamos que nuestros corazones sean amados, restaurados y retados conforme lo que Dios está haciendo en cada persona.